El Renacimiento de la Persona

Esteban Josué Beltrán Ulate


Un desarrollo socioeconómico cimentado en el eje del reconocimiento de la dignidad ontológica de la persona y que a su vez busque potenciar la dignidad operante de todo individuo en la sociedad debe ser el principio fundamental.

Los principios sobre las cuales gira toda política económica han de ser visualizados hacia el desarrollo de la persona como tal, el gran error que se ha cometido a través de los tiempos es el considerar a la sociedad no como a un conjunto de personas igualmente dignas con diferentes maneras de razonar y vivir su existencia, sino como una masa, como una simple aglomeración en la cual la humanidad es opacada por la visión generalizada que plantean los representantes de la principal economía imperante.

En esta época contemporánea es común escuchar el término de “Globalizar la Solidaridad” mismo que se plantea desde una visión en la cual los que poseen mayor capital se despojan de lo que les sobra para compartir con los necesitados, se postula el termino solidaridad en nuestros días con un trasfondo falaz, que busca al final ser tan solo un simple paliativo que logre mantener a flote millones de personas, sobreviviendo una existencia que por ley natural deberían de estar viviendo.

José Ortega y Gasset en su libro La Rebelión de las Masas, otorga una verdad a la humanidad, misma que muchos han querido callar, misma que muchos han dejado de hablar:
“…Ser de la izquierda es, como ser de la derecha,
una de las infinitas maneras que el hombre
puede elegir para ser un imbécil…”

… es así como un filósofo español expresa en palabras, sin tapujos, una verdad clara y sustentada desde la visión histórica de los logros de ambas ideologías.

Reaparecen en la sociedad actual modelos agonizantes de desarrollo socioeconómico, donde la persona es invisibilizada por esquemas ideológicos antagónicos. Se escuchan voces promoviendo la Socialdemocracia, Social cristianismo, y Marxismo (y disgregaciones del mismo), pero partiendo de múltiples significados conforme a las definiciones verdaderas promovidas en sus auténticos postulados, un significado de Socialdemocracia, donde la sociedad que crea el Estado queda atrapada por el mismo, y democracia conocida como poder del pueblo, en un pueblo discapacitado y atado; un cristianismo que promueve el seguimiento de Jesucristo, pero no lo llevan a cabalidad, un seguimiento a ideologías Marxistas, carentes de un reconocimiento veraz del momento histórico en el cual se plantea e incapaz de calzar a cabalidad con las realidades históricas de cada pueblo.

El modelo de Sociedad ideal se ha de desarrollar por medio de la promoción de la Persona, reconociendo y revalorando la dignidad misma del Ser, un desarrollo socioeconómico que valore la existencia del individuo como sustancia única y de naturaleza racional, como diría Severino Boecio, cerca del Siglo V. Una sociedad que educa y se educa promoviendo principios inmutables de Unidad, Igualdad, y Fraternidad.

La guillotina francesa, es historia, la revolución de una masa sin sentido ni dirección es insensata, la reestructuración hacia una sociedad democráticamente auténtica, donde el modelo educativo continué partiendo de postulados ideológicos reciclados, no es más que perder el tiempo, y mal educar a los ciudadanos del mañana.

Se ha de partir de la Persona como ser que trasciende, como individuo que posee en sí mismo la capacidad innata de desarrollarse tanto física, como intelectivamente, el estado no puede dictar a la persona, la persona ha de proyectar al estado el camino a seguir.

Posicionar en la sociedad el valor de la Persona, a través de la educación, el arte, la religión, es una tarea de todos. El día en que todos los individuos se reconozcan como tal, la visión de pobreza será distinta, la acumulación de capital no bastará, pues el tener dejara de ser lo principal, el ser será sin duda el eje sobre el cual girará el desarrollo nacional.
Costa Rica desde sus inicios históricos se ve permeada por corrientes culturales fuertes, adquiere un bagaje importante pero a la vez perjudicial en aras de un desarrollo auténtico. Las masacres coloniales se sigue repitiendo, solo que hoy día las trincheras se llaman por su nombre, capital contra proletariado, tener contra ser, materia contra vida.

La respuesta a este incesante fenómeno dialéctico de masas, ha de partir del principio fundamental de la existencia, “la vida”, misma, que el ser humano gracias a la luz de la razón vivencia ha de promoverla, y salvaguardarla.

Rescatar a la Persona, proyectarla como ápice y centro operacional de toda estrategia político-económica, promoverá la restauración de la sociedad.

Vivir la existencia que por ley natural os pertenece.

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2007, El Renacimiento de la Persona. Beltrán E.

Prensa Libre, Opinión. Viernes 16 de noviembre, Costa Rica

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