Esteban Josué Beltrán Ulate
El proceso de ascensión organizativa por parte del pueblo judío muestra, el trabajo en conjunto de una cultura en pos de su desarrollo, sin embargo las políticas represivas que llevan a cabo en contra del pueblo palestino muestra como en su deseo de avance menoscaban la integridad de seres humanos violando además de los derechos humanos la ley natural que debe regir a todo ser humano. No se puede obviar que el pueblo palestino a su vez a reaccionado también de manera agresiva con grupos guerrilleros, denominados terroristas por elites gubernamentales de otros países que intentan manipular el juego. Estas muestras de agresión entre culturas, esta constante violación a los Derechos Humanos, Ley Natural, que establece la inviolabilidad de la vida humana, es producto de una concepción materialista de consumo, y anhelo de tener, globalizada e impulsada por el sistema económico imperante, es el deseo animal de imponer una sociedad sobre otra.
Desde la postulación de los tres puntos básicos del plan de partición presentado el 20 de noviembre de 1947 por la Asamblea de las Naciones Unidas, donde se planteaba: 1.Creación de dos Estados Independientes, Palestina e Israel; 2.Establecimiento de un régimen internacional para la zona de Jerusalén, esto debido a la importancia histórica del sitio tanto para Judíos, Cristianos, y Musulmanes; 3.Unión económica entre las tres entidades; desde ese momento hubo oposición del pueblo palestino sin embargo las presiones internacionales para el asentamiento de los Judíos prevaleció, este es el problema sobre el cual gira el conflicto de Israel sobre Palestina, porque hay que recordar que es inconcebible plantear una igualdad de condiciones bélicas entre Palestinos y Judíos que son poseedores de uno de los mejores ejércitos organizados y armados bajo el patrocinio de un país que lucha contra el terrorismo.
Ya para el 11 de Junio de 1948, cambiará significativamente las divisiones establecidas en 1947, y el territorio está en su totalidad bajo la autoridad del Pueblo Judío. El 27 de Junio de 1967 la Organización de Naciones Unidas declara Internacional la ciudad de Jerusalén, sin embargo en 1980, Israel declaró Jerusalén como Capital eterna de su Estado, llegando a ocupar en poco tiempo la zona este de la misma, y para 1982 tiene 115 asentamientos judíos, 22 de ellos establecidos antes de 1977 y los 93 restantes ocupados desde 1977 hasta 1982. (Como expresa Marín, R. (2003). La ocupación militar israelí de Cisjordania y Gaza. Editorial de la Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica.)
El Pueblo Judío se ha convertido luego de víctima, durante la II Guerra Mundial, a victimario, asumiendo agresiones contra un pueblo y a su vez contra la humanidad, la exterminación de un pueblo a manos de sistemas mediáticos, abuso de poder, manipulación de aparatos del estado, y agresión física directa contra la integridad de seres humanos, no debe ser aceptada. Bien declaraba el intelectual judío Theodore Herzl, en su obra El Estado Judío: “y si se da el caso de que vivan entre nosotros gentes de otra religión y de otra nacionalidad, tendremos a mucho honor brindarles nuestra protección y la igualdad de derechos” (p.94).
Es necesario que se establezca una agenda de diálogo, donde intervenga la Comunidad Mundial en pleno representada bajo diversas formas bajo la voz de la Organización de Naciones Unidas que ha de despertar y hacer valer su razón de ser, palabra de la Aldea Global.
El Ser Humano ha de ser ápice, centro operacional de todo conjunto de programa tanto económico como político para favorecer a la persona humana, en todo ámbito, en toda nación, economía, globalizar la Ley Natural que ha permanecido en sigilo en contra de su voluntad debido a la intolerancia y abuso desmedido de poder, debido a la sociedad de la desconfianza que apela únicamente al consumo y tenencia en pro de un falso progreso.
Ha llegado el momento del Humanicentrismo, este es un fantasma que recorre todo el planeta susurrándole al oído a la sociedad mundial la Ley Natural que debe seguir.
Desde la postulación de los tres puntos básicos del plan de partición presentado el 20 de noviembre de 1947 por la Asamblea de las Naciones Unidas, donde se planteaba: 1.Creación de dos Estados Independientes, Palestina e Israel; 2.Establecimiento de un régimen internacional para la zona de Jerusalén, esto debido a la importancia histórica del sitio tanto para Judíos, Cristianos, y Musulmanes; 3.Unión económica entre las tres entidades; desde ese momento hubo oposición del pueblo palestino sin embargo las presiones internacionales para el asentamiento de los Judíos prevaleció, este es el problema sobre el cual gira el conflicto de Israel sobre Palestina, porque hay que recordar que es inconcebible plantear una igualdad de condiciones bélicas entre Palestinos y Judíos que son poseedores de uno de los mejores ejércitos organizados y armados bajo el patrocinio de un país que lucha contra el terrorismo.
Ya para el 11 de Junio de 1948, cambiará significativamente las divisiones establecidas en 1947, y el territorio está en su totalidad bajo la autoridad del Pueblo Judío. El 27 de Junio de 1967 la Organización de Naciones Unidas declara Internacional la ciudad de Jerusalén, sin embargo en 1980, Israel declaró Jerusalén como Capital eterna de su Estado, llegando a ocupar en poco tiempo la zona este de la misma, y para 1982 tiene 115 asentamientos judíos, 22 de ellos establecidos antes de 1977 y los 93 restantes ocupados desde 1977 hasta 1982. (Como expresa Marín, R. (2003). La ocupación militar israelí de Cisjordania y Gaza. Editorial de la Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica.)
El Pueblo Judío se ha convertido luego de víctima, durante la II Guerra Mundial, a victimario, asumiendo agresiones contra un pueblo y a su vez contra la humanidad, la exterminación de un pueblo a manos de sistemas mediáticos, abuso de poder, manipulación de aparatos del estado, y agresión física directa contra la integridad de seres humanos, no debe ser aceptada. Bien declaraba el intelectual judío Theodore Herzl, en su obra El Estado Judío: “y si se da el caso de que vivan entre nosotros gentes de otra religión y de otra nacionalidad, tendremos a mucho honor brindarles nuestra protección y la igualdad de derechos” (p.94).
Es necesario que se establezca una agenda de diálogo, donde intervenga la Comunidad Mundial en pleno representada bajo diversas formas bajo la voz de la Organización de Naciones Unidas que ha de despertar y hacer valer su razón de ser, palabra de la Aldea Global.
El Ser Humano ha de ser ápice, centro operacional de todo conjunto de programa tanto económico como político para favorecer a la persona humana, en todo ámbito, en toda nación, economía, globalizar la Ley Natural que ha permanecido en sigilo en contra de su voluntad debido a la intolerancia y abuso desmedido de poder, debido a la sociedad de la desconfianza que apela únicamente al consumo y tenencia en pro de un falso progreso.
Ha llegado el momento del Humanicentrismo, este es un fantasma que recorre todo el planeta susurrándole al oído a la sociedad mundial la Ley Natural que debe seguir.
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Por el diálogo en Medio Oriente. Beltrán E. Prensa Libre,
Opinión. Lunes 12 de enero, 2009
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