Inclusión, juventud y progreso

Esteban Josué Beltrán Ulate


A las puertas de la Cumbre Iberoamericana en el Salvador, se escuchan voces de juventud, promoviendo acciones para el desarrollo activo e integral donde jóvenes adquieran un papel importante dentro del desarrollo de cada país, es un momento crucial para países latinoamericanos frente al capitalismo en acción maquillado con políticas neoliberales donde se esclarece que no se debe depender económicamente de un solo país en desarrollo, sino más bien buscar solidez en torno a alianzas inmediatas con el mismo sector iberoamericano, buscando establecer en conjunto relaciones económicas con países desarrollados sin encadenarse a mecanismos políticos que succionen la biodiversidad propia de los pueblo latinoamericanos.

La inclusión de jóvenes en los procesos de desarrollo de cada país es una necesidad ya que ellos son los que ha su vez en un futuro no muy lejano tendrán en sus manos la labor de continuar con el progreso de su nación, la difícil condicionante que surge a este ideal subyace en el caso costarricense en la siguiente cuestión, ¿cómo se está formando a la juventud que habita en Costa Rica?, ¿la inclusión en puestos gubernamentales para jóvenes está siendo justo o realmente estarán siendo ocupados por procedentes de las mismas élites gubernamentales neoligarquicas que han venido presidiendo desde la fundación de la Segunda República?, ¿qué papel está fungiendo la cultura indígena, semilla del pueblo costarricense, y en especial sus jóvenes que son los que hoy sobreviven retenidos a la marginación e indiferencia a la que se les ha sometido?

Educación bancaria como plantea Paulo Freire, modelación bajo un sistema de obtención y capitalización, bajo una concepción simplemente de trabajar para tener; la disfuncionalidad entre los eslabones del proceso educativo costarricense son claros, luego de un periodo lúdico pre-escolar de desarrollo de inteligencias múltiples, se ingresa a la viciada e inhumana escuela como la define Ivan Illich, donde se castra la creatividad, además en muchos casos simple guardería y comedor de familias desmembradas que tienen la necesidad de trabajar jornadas atroces por salarios insuficientes, continuando la cadena un sistema secundario donde los profesores a duras penas logran captar la atención de jóvenes admirados de la materialidad que anuncian los medios, aturdidos con ideales de primer mundo, en instituciones físicas degradadas, y con profesores en muchos casos adormecidos por un sistema que también los subyuga; y a modo de conclusión de la cadena educativa el caso de la educación superior, ¿de la gran cantidad de personas que ingresaron a pre-escolar, Cuántos realmente ingresan a la Universidad?, compleja amalgama viciada, denominada bajo el mercado como “públicas y privadas”.

Instituciones públicas carecen de eficientes horarios para los hijos del pueblo que tienen que trabajar puesto que la beca no es suficiente, ya pues pertenecen a una familia desmembrada que no ve inmediato para sobrevivir una carrera de cinco años, para ingresar a mercados de trabajo saturados como en muchos casos se presenta con carreras que siguen abiertas simple y llanamente para seguir adquiriendo ingresos económicos por parte de las instituciones, pues es claro el excedente de profesionales titulados en ciertas áreas.

Es curioso ver como en gran parte del mercado de universidades privadas están hijos de educando a familias medias, mientras en privadas elitistas y universidades públicas se encuentran modelando hijos de familias media-alta y altas. Las familias pobres con muy pocas excepciones logran que uno de sus hijos se adhiera a la educación superior, ¿Don Mauro Fernández habría previsto que esto podría ocurrir, o al igual que muchos estaría en estos momentos sorprendido del cauce que ha llevado el río de la educación costarricense?

Es evidente, si hay jóvenes en puestos gubernamentales son procedentes en la mayoría de los casos de las elites, mientras que los hijos del campo, producto del campesino que tiene que dejar que le paguen injustamente, tienen que conformarse con trabajos de peones o técnicos, que si bien cierto son necesarios son fuente de injusticias laborales y insuficientes salarios, nulo desarrollo personal en el ámbito laboral.

El caso de los indígenas da pena realmente para un pueblo que ante la comunidad se presenta como suiza centroamericana, blanca tierra donde reina la paz y la justicia, democracia en esencia, ¿Cuál es la presencia activa de estos costarricenses por excelencia en las decisiones de las políticas de la nación?, la influencia de ellos es fundamental pero se les ha marginado, presentándolos mediante medios de comunicación erróneamente como simples hijos de la montaña, es necesario permitir un diálogo verdadero bilateral. La educación de los indígenas ha de ser una educación hacia adentro y hacia afuera, la primera para la preservación de sus costumbres y la segunda para su incursión en el desarrollo y progreso de la nación por medio de su inserción en estratos políticos.

Juventud que habita en Costa Rica, despertad es hora de tomar la herencia de nuestros padres y madres y construir la tierra de progreso que anhelamos, educadores despertad y educar para la vida, redescubrid la dignidad de la persona, el valor humano por encima de la tenencia de cosas., es un trabajo lento y evolutivo los medios de comunicación masiva viciados, serán poco a poco limpiados si llevamos a cabo esta labor, es necesario reunirse, hablar, opinar, comunicar el anhelo de desarrollo integral a manos de la persona humano en beneficio de la persona humana.

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Inclusión, juventud y progreso. Beltrán E. Prensa Libre,
Opinión. Jueves 30 de octubre, 2008

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