Inviabilidad del neoliberalismo e insuficiencia del marxismo para una democracia costarricense

(Fragmento)

Esteban Josué Beltrán Ulate

Los planteamientos marxistas retomados por algunos gobiernos latinoamericanos a inicios del siglo XXI, como respuesta a la crisis económica producto de las políticas neoliberales, podrían resultar atractivos, más aún, en momentos que la sociedad costarricense se ve acosada bajo la angustia de la corrupción política, el desamparo de una verdadera representatividad en los cuatro poderes de la República: Ejecutivo, Judicial, Legislativo y Electoral.


El marxismo presenta una serie de tesis, donde se resalta el valor del hombre y su posicionamiento dentro de la sociedad como ente de trabajo, además postula la necesidad de una emancipación de él y eliminación de estratos sociales, permitiendo así una justa equidad de mercancía y por ende un Estado ideal denominado “comunismo”.


En el caso de Costa Rica, las políticas neoliberales se hallan inmersas en decisiones del Poder Ejecutivo y Legislativo, de ahí que surjan del pueblo algunas agrupaciones beligerantes en respuesta a las decisiones que se intentan ejecutar, lo que ha dado paso a una disputa. El capitalismo agotado a través del neoliberalismo ha demostrado su inviabilidad, ya que el mercado no puede guiarse bajo una mano invisible, como expresaba el escocés Adam Smith.
Las políticas costarricenses deben repensar el camino a seguir dentro de una lógica de mercado desordenada, ya que en el juego del capitalismo será inalcanzable un progreso justo, equitativo, en otras palabras humano.


Es la Demopedia como camino a una Democracia integral, una propuesta surgida en torno a esta necesidad, la visión personalista nacida en el seno de Francia primera mitad del Siglo XXI nos presenta esta opción.


El progreso de la humanidad no se puede dar en manos de una visión cosificadora, donde el mercado impere, como es el caso del capitalismo, y tampoco en manos de políticas socialistas que colectivicen la identidad de las personas que componen el Estado, reduciendo la magnificencia del ser humano a una simplista visión antropológica donde el trabajo sea el eje fundamental, ya que se estaría obviando los demás estratos que componen la integridad de la persona humana.
Karl Marx responde a un hecho social, el despojamiento del vivir por un simple sobrevivir dentro de un sistema de mercado asesino del ser humano, él junto a Friedrich Engles, rechazan la crisis de la civilización y postulan un Manifiesto Comunista, que es utilizado, malinterpretado e incluso tergiversado, en diferentes sectores del orbe, destituyendo la primaria aspiración hacia un nuevo orden en pos de una ascensión al poder de todos los que componen la sociedad, una dictadura del proletariado.


Emmanuel Mounier realiza una revisión a los postulados marxistas, y si bien es cierto los rechaza en cuanto a los vacíos en el área antropológica, rescata algunos elementos tales como la emancipación del ser humano. La alternativa es personalizar el socialismo, desconcentrando el poder a favor de la persona.


La demopedia es llevar la educación al pueblo, una pedagogía de la persona ya que en ella se haya la pedagogía personalista, la misión de la educación es despertar a seres capaces de vivir y comprometerse unos con otros en una realidad comunitaria de entre nosotros, la renovación de la persona se da en la educación, la visión de nuevo hombre marxista solo es plena en la pedagogía, misma que ha de ser humanista integral, analizando al sujeto en su complejidad, para así potenciarlo a un íntimo encuentro consigo mismo, con el otro, y con la naturaleza en un diálogo respetuoso, responsable.


El problema del movimiento de masas es la revolución, misma que relega el poder a un grupo que termina repitiendo los vicios anteriores ya que es lo único que conocen.
La educación responde al modelo económico imperante, de ahí que las políticas educativas se vean cargadas en muchos de los casos de elementos mercantilistas, sin embargo en trabajo del intelectual orgánico, está la labor de inmiscuirse en los sistemas y propiciar un movimiento en rescate de la persona.


Costa Rica no se debe dejar aturdir por crisis ni por fantasmas del pasado que han demostrado su ineficacia en cuanto a su visión de hombre como simple ejercicio de ser trabajador, el individualismo del capitalismo y el colectivismo socialista, está superado bajo la visión integral que rescata al ser humano en su complejidad, esta visión es el personalismo, y en torno a un trabajo orgánico se llevará a cabo una revolución comunitaria, misma entendida como un proceso en base a una pedagogía de la persona que prepare a los mandatarios de una democracia participativa y representativa del futuro.

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Inviabilidad del neoliberalismo e insuficiencia del marxismo para una democracia costarricense. Beltrán E. Prensa Libre,
Opinión. Martes 10 de marzo, 2009

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