Shinichi Suzuki, vida y filosofía

El proceso enseñanza aprendizaje, se tranfigura constantemente, los estudiantes pasaron de ocupar una posición pasiva a un ámbito de acción donde son parte del conocimiento que buscan alcanzar, los docentes cuentan con múltiples estrategias, sustentadas en una gran variedad de enfoques. La educación debería plantearse en pos de una sociedad ideal, el encuentro de la realidad social con la historia y los anhelos de cada pueblo, sustentados en principios de fraternidad, libertad y compromiso.

El norte de todo postulado educativo ha de descanzar en una visión de persona, que rescate el sentido del ser antes del simple deseo homínido del tener, los sistemas económicos imperantes en la actualidad subyugan a la educación a simple mecanismo manipulador y formador de seres que viven para el trabajo, ejemplo de ello es el grado de importancia que le han dado a la técnica y la memorización de contenidos.

Es una necesidad de la educación actual replantear el sentido del humanismo y evocarse a trabajar en él, por medio de diferentes áreas educativas, en el caso de la educación musical se encuentra un amplio ámbito de trabajo, ya desde la antigua Grecia se planteaba como la música cumple un papel modelador y modificador de emociones y conductas.

Los planteamientos de Shinichi Suzuki, parten de un modelo pedagógico naturalista, su filosofía se centra en la persona, quién tenga puro y noble corazón será feliz, expresa en su obra “Hacia la música con amor”. Su planteamiento parte de la idea “no se nace con talento sino que se desarrolla”, en base a tiempo y estimulo, y la trilogía repetir-insistir-perseverar, a partir de esta concepción crea todo un método denominado “Método de la Educación del Talento”, conocida posteriormente en occidente como método Suzuki simplemente.

Su planteamiento pedagógico parte de un modelo naturista, no contempla el aprendizaje como un a priori heredado genéticamente, y se fundamenta desde una óptica donde el ambiente cumple una función modeladora. Aprender la música como se aprende la lengua vernácula.

Shinichi Suzuki nace en Nagoya en 1898, su abuelo fabricaba samisenes, y su padre fue el fundador de la Fábrica de Violines Suzuki, de ahí que él se desarrolla en una familia con conocimientos musicales. Complementaba sus estudios en la Escuela de Comercio con el trabajo en la fábrica de la familia, lo que le ayudo a comprender todo en cuanto a la confección del violín. Fue allí luego de escuchar en un gramófono el Ave María de Schubert por Mischa Elman, que decidió seguir el camino de la música, y escuchando repetidas veces un minué de Hynd interpretado por el mismo Elman, logró la primera pieza de su repertorio (Suzuki, 1969).

El marqués de Tokugawa lo insta a estudiar música formalmente, luego de un periodo de clases personales en Japón, viaja a Alemania en 1920, para tomar lecciones con el maestro Klingler, donde conoció al Dr. Alberth Einstein y lo calificó como virtuoso del violín, sin embargo con los acontecimientos de la segunda guerra mundial, Shinichi vuelve a Japón.

Suzuki comienza a aplicar su método en 1945, en la Escuela de Música de Matsumoto, en Japón, partiendo de una modelación niño en etapa preescolar, hacia una visión de ser humano superior, se enseñan destrezas de lo simple a lo complejo, y se busca que estén bajo la guía de maestros con gran sensibilidad artística.

En principio los infantes no ejecutan el instrumento, sino simplemente escuchan constantemente las grabaciones de las piezas que aprenderán, el primero en aprender a ejecutar será el padre o madre, ya que es necesario un ambiente netamente musical, y la música se percibirá como algo natural, se busca crear estimulación por el instrumento y posteriormente desarrollar técnica y aprendizaje de conocimiento elemental mediante actividades lúdicas. Así más adelante el infante no verá dificultad en practicar por un aproximado de tres horas diarias, ya que el desarrollo de la aptitud se da en base a un estudio orientado y esfuerzo perseverante. Incluso el Maestro violoncelista Pablo Casals luego de escuchar un concierto ejecutado por cuatrocientos infantes en Tokio, expresó: “…la música ocupa tan alto lugar en la vida civilizada que tal vez sea la música lo que redima y salve al hombre.”

Veinte años después del inicio del método de la educación del talento, en Estados Unidos de Norteamérica causaba gran interés dicho movimiento, Shinichi viaja a América y en 1964 realiza una gira con recitales y conferencias, con diecinueve infantes entre 3 y 5 años.

Shinichi Suzuki fue un eterno creyente en la raza humana, inclusive llegó a exhortar a políticos en las Naciones Unidas para que cada Estado no escatime en una formación integral de los infantes, adheridos a una Carta Constitucional del Niño. El deseo de Shinichi fue desarrollar seres humanos nobles en pensamiento y sentimientos, que equiparen su excelencia artística a su inteligencia y nobleza de corazón.

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